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Competencia vs. Colaboración ¿Qué debe prevalecer?

  • Roberto Barrera Lobos
  • 11 jun. 2017
  • 3 Min. de lectura

Aunque muy al estilo hollywoodense, John F. Nash, interpretado por Russell Crowe en la película de 2001 A Beautiful Mind, formula el Equilibrio de Nash (1950), sobre la base de la teoría clásica de juegos, que consiste principalmente en dos personas jugando una contra otra, donde si una gana, la otra pierde, pero inaplicable cuando se incorporan más jugadores al juego. Nash, con 22 años de edad, demostró que existe una mejor estrategia para cada jugador, teniendo en cuenta las estrategias elegidas por el resto de los jugadores, de ahí el nombre de su descubrimiento "El Punto de Equilibrio" el cual le valió el grado de Doctor en Matemáticas de la Universidad de Princeton.


"Los equilibrios de Nash se dan cuando las decisiones que se toman en los juegos hacen a la maximización de la ganancia posible para ambas partes, o dan como resultado un juego de suma cero, donde todos ganan (o no pierden)" (Figuerola, 2011) Además "Demostró que cada juego en el que el conjunto de acciones disponibles para cada jugador es finito tiene al menos un equilibrio de estrategia mixta" (Int. Enc. of the Social Sciences, 2ND. Edit., p.541)


Una década después, los economistas comenzaron a aplicar con gran éxito la teoría de juegos a diversas situaciones de la vida real, donde los escenarios de conflicto y cooperación son parte de esta disciplina, volviendo a la política monetaria, el mercado accionario, el comercio internacional y los negocios en general, en un juego de estrategia. A finales de los 70's la teoría de juegos se convirtió en uno de los fundamentos de la economía moderna gracias al Equilibrio de Nash.


Más de cuatro décadas debieron transcurrir desde su tesis para que John F. Nash Jr. recibiera el Premio Nobel de Economía en 1994. Tras una vida marcada por su prodigioso talento matemático, excentricismo y una devastadora esquizofrenia, Nash fallece en 2015, a los 86 años de edad.

En el mundo moderno, con la globalización a gran escala en economía, comunicaciones, política y negocios, parece ser que hemos dejado de lado este valioso descubrimiento, dando cabida a una agresiva competencia donde prevalece el poder del más fuerte. En nuestro país esta realidad no es distante del todo; vemos a diversas empresas y profesionales compitiendo en el mercado, tratando de conseguir mejores negocios o mejores lugares de trabajo a costa de todo, incluida la reputación y el ejercicio ético de la profesión.

Desde niños se nos inculca el competir: Nuestros padres, en el ánimo de procurarnos un mejor bienestar económico que ellos, nos impulsan a destacar en los estudios, en los deportes y en variados ámbitos de la vida, y es un ciclo sin fin que vamos traspasando a nuestros hijos. El sistema educacional, con sus escalas de valoración de conocimientos a través de calificaciones, marca diferencias entre estudiantes de acuerdo a su rendimiento académico.


Esto tampoco significa que no comparta el principio de competitividad, mal que mal, un mercado competitivo "Es un mercado en el que hay muchos compradores y vendedores, por lo que cada uno tiene un impacto insignificante en el precio de mercado." (Mankiw, 2012, p. 66) lo que además mejora la calidad de la oferta de bienes y servicios para los clientes y consumidores.


Me considero y soy considerado una persona competitiva, pero a veces, el mito supera la realidad. Actualmente me encuentro participando en varias instancias de asociatividad. Entre las personas que participan de éstas iniciativas puedo contar con el apoyo de emprendedores y trabajadores independientes; abogados, diseñadores, contadores; especialistas en turismo y recursos humanos; ingenieros industriales, informáticos, además de colegas técnicos universitarios en administración de empresas, forman parte de un vasto número de colaboradores con los que hemos logrado desarrollar relaciones de networking, definido por el Diccionario de Oxford como "Creación de una red de contactos" con el valor agregado de un Modelo de Negocio Abierto que se puede "[...] utilizar para crear y captar valor mediante la colaboración sistemática con socios externos. Esto puede hacerse «de fuera adentro», aprovechando las ideas externas de la empresa, o «de dentro afuera», proporcionando a terceros ideas o activos que no se estén utilizando en la empresa." (Osterwalder, 2011 p.109) En la medida que esta red vaya generando resultados, estaré complacido de compartir más experiencias en este blog.


Entonces, ¿Qué debe prevalecer, competencia o colaboración? Estoy convencido que es el equilibrio entre ambas fuerzas el que debe prevalecer. Nash fue en extremo competitivo durante gran parte de su carrera profesional, sin embargo planteó una teoría precursora de la colaboración y la asociatividad. Más allá de las críticas y reclamos en el SERNAC, el CyberDay 2017 es una instancia de asociatividad estratégica que indudablemente debe perfeccionarse. Del mismo modo, debemos encaminarnos hacia una economía más colaborativa, donde por medio de nuestras distintas visiones y especialización, logremos impulsar el crecimiento de nuestro país. Como profesionales somos los llamados a hacer posible este cambio.

 
 
 

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