Déficit de Técnicos en Chile: ¿Quién le 'pone el cascabel al gato'?
- Roberto Barrera Lobos
- 21 ago 2017
- 5 Min. de lectura
"Chile necesita con urgencia formar 600.000 técnicos", consigna el artículo de Las Últimas Noticias publicado en la web de la SOFOFA en 2016 (Ver artículo aquí). Más allá de las estadísticas, o de los promedios de la OCDE respecto de este tema en particular, lo relevante aquí es preguntarse, ¿Somos un país que valore y potencie la educación técnica?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) agrupa a 35 países miembros y su misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo. Según el promedio de los países de la OCDE, debe existir un profesional por cada dos o tres técnicos, situación que en Chile es inversa: hay un técnico por cada tres universitarios. Esto influye considerablemente en los índices de productividad de nuestro país, pues, al no contar con mano de obra calificada suficiente, los esfuerzos de las compañías por diseñar directrices, planes estratégicos, tácticos y operativos se ven mermados al no disponer del capital humano apropiado para ejecutar estas funciones.
"La Formación Técnica, además de ser necesaria y conveniente para el país, es clave para la productividad y empleabilidad, pero se requiere mejorar su articulación con otros niveles de enseñanza y con el mundo laboral. Para esto es indispensable contar con un Marco Nacional de Cualificaciones. [...]. Es momento de extender este esfuerzo a todo el sistema de formación técnica de Chile, incluyendo los oficios" Consignó Hernán Araneda, Gerente de Innovum Fundación Chile. (Ver artículo de Fundación Chile aquí)
Paralelamente, existe otra realidad que afecta las oportunidades de los técnicos: El bajo crecimiento económico del país, y en especial, de la Región de la Araucanía, han obligado a muchos profesionales a postular a cargos diseñados para técnicos. Ahora bien, uno podría preguntarse ¿No se supone que las empresas deberían elaborar un perfil de cargo especificando si éste ha sido diseñado para un técnico o un profesional, filtrando a los candidatos que postulan al cargo? Es lo que se esperaría, sin embargo, en más de algún proceso de reclutamiento me he encontrado compitiendo por el mismo cargo con profesionales, principalmente con ingenieros. ¿Extraño? No sé si tanto. Pregúntese usted mismo: Si yo fuera el reclutador y tuviera la oportunidad de contratar a un profesional por el sueldo de un técnico ¿A quién contrataría?
"Durante el segundo trimestre del 2017, la región presentó un decrecimiento en su actividad de 0,2%, lo que significó 3,3 puntos porcentuales menos a lo informado en igual trimestre del 2016, ubicándose en sexto lugar considerando la tasa de variación a nivel nacional." Señala el Análisis Trimestral del INACER para el trimestre móvil abril-junio de 2017. (Ver noticia INE aquí)
No digo que esto sea una tendencia, pero sí se está convirtiendo en un problema recurrente. Las empresas prefieren contratar profesionales y los postulantes a la educación superior prefieren éstas carreras en desmedro de las técnicas. A pesar de los optimistas resultados de las cifras publicadas por el Consejo Nacional de Educación (CNED) en 2016 (Ver artículo de Bío-Bío aquí) en la práctica muchos de los estudiantes que ingresan a la educación técnica lo hacen como una vía rápida a la educación profesional. La mayoría de los centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades cuentan con programas de continuidad de estudios y los matriculados de carreras técnicas— Al conocer las brechas en oportunidades e ingresos que deben enfrentar los técnicos en el mercado laboral —optan por articular sus carreras hacia la formación profesional universitaria, con los problemas ya mencionados.

Desde el ámbito académico, las acciones de vinculación con el entorno resultan, como mucho, insuficientes en este aspecto. El estudio "Desarrollando una agenda para impulsar la productividad de Chile Desarrollo de Capital Humano" elaborado por McKinsey & Company para la Comisión de Productividad de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) en 2015 señala en su página 27 que "Apenas el 22% de las universidades cuenta con una oficina de colocación laboral" (Ver Estudio aquí) Otros de los factores considerados en este apartado del estudio señalan que:
El 49% de las universidades cuenta con talleres para enfrentar el proceso de inserción;
el 44% cuenta con bolsas de trabajo y programas de conferencias de profesionales o instituciones de la especialidad;
el 41% posee convenios vigentes con potenciales empleadores; y
el 17% ha implementado incubadoras de negocios, proyectos y/o emprendimientos abiertos a estudiantes.
En el anexo de la página 52 se pueden observar los efectos de estas carencias a nivel de las carreras técnicas; mientras que la empleabilidad al segundo año para las carreras profesionales arroja un indicador del 89, 7%, para las carreras técnicas los resultados son los siguientes:
Universidades (Que imparten carreras técnicas) un 80, 1%;
Institutos Profesionales un 76, 8%; y,
Centros de Formación Técnica un 75, 2%
Es decir, existe una brecha de casi un 15% en el caso más crítico que corresponde a los técnicos egresados de un CFT, que no sólo afecta a éstos profesionales, sino también al grupo familiar del que forman parte.
Desde el Gobierno, se han formulado muchas iniciativas que buscan potenciar la educación técnico-profesional, como es el caso del Programa Técnicos para Chile. Este programa cuenta con ciertas exigencias con ciertas exigencias para quienes resulten beneficiarios, entre las que destacan:
Los(as) becario(as) deberán retornar a Chile en un plazo no mayor a 3 meses contados desde la fecha de término de la beca en el extranjero.
Una vez que cada becario(a) haya retornado a Chile, deberá acreditar su permanencia en el País por los siguientes periodos:
- Becarios/as que al momento de adjudicarse la beca residan en la Región Metropolitana, deberán acreditar su permanencia en Chile por el doble del periodo de duración de la beca.
- Becarios/as que al momento de adjudicarse la beca residan en Regiones distinta a la Región Metropolitana deberán acreditar su permanencia en Chile por el mismo periodo de duración de la Beca.
Al regresar al país, los becarios(as) deberán acreditar ante el Programa Técnicos para Chile, la obtención de la certificación de aprobación y término satisfactorio del programa de perfeccionamiento técnico, emitida por la Institución Educacional Extranjera.
Si bien son condiciones razonables, existe un pequeño problema con ellas: En ningún caso se asegura o está considerada la empleabilidad para quienes retornen al país, lo que sin duda merma los esfuerzos para lograr el perfeccionamiento de las competencias técnicas, que a la larga pretende contar con técnicos que apoyen el crecimiento económico y social del país.
"El Programa Técnicos para Chile, de alcance nacional para todo el País, tiene como fin contribuir a contar con una oferta de técnicos de educación superior, de calidad y pertinente a los requerimientos de desarrollo económico y social del País, a través de becas de perfeccionamiento en competencias técnicas desarrolladas en el extranjero." Reza la declaración del objetivo del programa (Ver programa MINEDUC aquí)
Ideas para resolver esta problemática hay por montones. Quienes las proponen generalmente tienen intereses creados o no pasan de las propuestas. Como técnicos tenemos el deber para con nosotros mismos, nuestro grupo familiar, para con la sociedad y el crecimiento de nuestro país de contrarrestar la situación con soluciones prácticas y efectivas. Ya es momento de que alguien le 'ponga el cascabel al gato'.
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