Evaluación de Proyectos: El 'Talón de Aquiles' del emprendedor.
- Roberto Barrera Lobos
- 25 sept 2017
- 6 Min. de lectura
De acuerdo al relato mitológico, cuando Aquiles nació, Tetis su madre intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en el río Estigia. Sin embargo, lo sostuvo por el talón derecho para sumergirlo en la corriente, por lo que ese punto de su cuerpo permaneció vulnerable, siendo la única zona en la que Aquiles podía ser herido mortalmente en batalla.

En estos últimos meses he tenido la fortuna de conocer a emprendedores con diversas ideas de negocio, muchos de los cuales se encaminan a convertirse en grandes empresarios. (Ver artículo anterior aquí) Si bien sus orígenes, competencias y motivaciones son tan distintas entre sí como el rubro, tamaño y segmento de mercado en el cual operan, la gran mayoría comparte una característica al parecer inherente en los emprendedores y que los vuelve tan vulnerables como Aquiles: Subestimar el estudio de proyectos.
Todo emprendimiento nace de una idea que busca solucionar un problema económico, convirtiéndose en una oportunidad de negocio. La preparación y evaluación de proyectos permite discriminar si dicha idea de negocio es económicamente viable antes de financiarla. Sin embargo, un gran número de emprendedores pasan de la idea de negocio al financiamiento, impulsados por su visión, entusiasmo, conocimiento del rubro o por mera intuición.
Pero, ¿Qué sucede con los principios de la economía y el cómo las personas toman decisiones? Debemos comenzar señalando que la Economía "Es la ciencia que se ocupa del estudio de los problemas que debe enfrentar el hombre para satisfacer sus necesidades múltiples y crecientes con recursos escasos y limitados." (González, 2003 p. 5)
Producto de la naturaleza escasa de los recursos, estos deben ser administrados racionalmente, lo que nos lleva al primer principio de la economía: "Las personas enfrentan disyuntivas". Cualquier decisión que enfrentamos nos obliga a elegir entre las alternativas disponibles: Emprender o emplearse; estudiar una carrera técnica o profesional; comprar un vehículo o un inmueble, son sólo algunos ejemplos de las decisiones que a diario enfrentamos.
Derivado de la disyuntiva que enfrentamos en la toma de decisiones surge el segundo principio: "El costo de una cosa es aquello a lo que se renuncia para obtenerla" El costo de oportunidad o la relación entre costo y beneficio, es aquello que sacrificamos para lograr nuestro objetivo. Supongamos que la decisión se bate entre emplearse y emprender. Decidimos emprender, por lo tanto nuestro costo de oportunidad es el equivalente a la estabilidad económica, que dejamos de percibir por lograr independencia financiera. Naturalmente, esto debe tasarse para poder ser evaluado.
"Las personas racionales piensan en términos marginales" sentencia el tercer principio de la economía. Si decidí estudiar una carrera profesional en desmedro de una técnica, y si producto de esta decisión me es imposible emprender o trabajar como dependiente durante este proceso por tratare de una carrera diurna, ¿No debería ser mayor el beneficio que el costo marginal? Esta pregunta da paso al cuarto principio el cual señala que "Las personas responden a incentivos" El incentivo de quien decidió emprender es el logro de la independencia financiera y la rentabilidad del proyecto; de quien decidió estudiar una carrera profesional, es la estabilidad y el nivel de ingresos superiores a los que podría percibir como técnico, entre otras muchas alternativas. [MANKIW, N. GREGORY, (2012). Capítulo 1: Los diez principios de la economía. En: Principios de Economía, sexta edición. Santa Fé: Cengage Learning Editores.]
Toma de decisiones, costo de oportunidad, beneficios y costos marginales; incentivos...Por lo visto la implementación de un proyecto involucra mucho más que la intuición, y tanto la idea como la oportunidad no lo son todo. La preparación y evaluación de proyectos es una poderosa herramienta que permite reducir el riesgo y la incertidumbre de las decisiones económicas en el ámbito empresarial.

A modo de ejemplo y en sintonía con el tema, el artículo 'Los grandes números sociales' de El Mercurio, publicado el 23 de septiembre (Leer artículo aquí) señala respecto de la evaluación de proyectos sociales que "[...]la falta de evaluación y perfeccionamiento de muchas de esas políticas públicas— Pensiones, educación, salud, vivienda, trabajo, emprendimiento y transporte, entre otras —arriesga instalar una cultura del asistencialismo y de liviandad en el uso de los recursos públicos." A pesar que la evaluación de proyectos sociales tiene una importante cuota de intereses políticos creados, esta conclusión es totalmente aplicable a las inversiones privadas, donde la evaluación de proyectos permite asignar eficientemente los recursos disponibles, los que habitualmente son escasos.
El Capítulo 9 del documento 'Formulación y Análisis Detallado de Proyectos' del Depósito de Documentos de la FAO (Disponible aquí), señala en su primer párrafo que "El análisis financiero se aplica principalmente a proyectos diseñados para generar ingresos. Es posible analizar proyectos sociales, actividades medioambientales o aquéllas de apoyo a la producción[...]" Avanzando en la lectura, el documento diferencia dos índices de factibilidad de la inversión: El flujo de caja anual y la rentabilidad financiera.
"La proyección del flujo de caja constituye uno de los elementos más importantes del estudio de un proyecto, ya que la evaluación del mismo se efectuará sobre los resultados que se determinen en ella." (Sapag, 2008 p. 291) El flujo de caja considera los ingresos menos los egresos y el costo de financiamiento, cuyo resultado, de ser positivo, permite concluir que el proyecto generará los recursos suficientes para cubrir todos los costos y aún así, generar ganancias.

A pesar de su importancia, la proyección de los flujos de caja no permite por sí sola evaluar el proyecto. En cambio el indice de rentabilidad financiera permite consolidar los resultados de todos los períodos en una sola cifra, restando las inversiones y considerando el valor del dinero en el tiempo, además de descontar la tasa de corte o costo de oportunidad. (Aquí es cuando lo tasamos)
Es así como surgen el Valor Actual Neto, "Enfoque de flujo de efectivo descontado para presupuestar capital, con el que se calcula el valor presente de todos los flujos de efectivo que se esperan en el futuro, y utiliza la tasa de rendimiento mínima aceptable." (Horngren et al. 2006 p.473) criterio que"[...]plantea que el proyecto debe aceptarse si su valor actual neto (VAN) es igual o superior a cero, donde el VAN es la diferencia entre todos sus ingresos y egresos expresados en moneda actual." (Sapag, 2008 p. 321). La Tasa Interna de Retorno por otra parte "[...]evalúa el proyecto en función de una única tasa de rendimiento por periodo, con la cual la totalidad de los beneficios actualizados son exactamente iguales a los desembolsos expresados en moneda actual." (Sapag, 2008 p. 323) La tasa resultante debe compararse con la tasa de descuento: Si es igual o mayor el proyecto es rentable; si es menor, el proyecto debe descartarse.

La evaluación de proyectos es también una herramienta que facilita las decisiones de internalización, externalización, reemplazo, ampliación o abandono. Un buen ejemplo de subestimar la evaluación de un proyecto de reemplazo, motivado los cambios en el contexto tecnológico, es el caso de Kodak, recogido en el artículo de la Harvard Business Review en español (Ver artículo aquí), donde se explica que uno de los factores del fracaso de la compañía fue que "[...]Kodak gestionó mal su inversión en las cámaras digitales, sobrestimando el mercado al intentar igualar el rendimiento de los carretes tradicionales en lugar de adoptar la simplicidad de lo digital." Ademas de los argumentos recogidos en el artículo citado, el estudio de mercado y la evaluación del proyecto habría permitido a la empresa anticiparse a los cambios tecnológicos que influyen en los hábitos de consumo, y a la larga, en la rentabilidad de la empresas.
Con todo, la evaluación de proyectos no es una herramienta infalible, producto de que los cálculos en que está basada son mayoritariamente estimativos. No obstante, y como ya se mencionó, permite reducir el riesgo y mitigar el impacto de la incertidumbre en la materialización de las ideas de negocio, antes de asumir compromisos financieros que afecten el patrimonio del o los inversionistas.

Si bien el emprendedor promedio se muestra esquivo a la evaluación del proyecto de su idea de negocio— Por celo, desconocimiento u otros factores —la misma reducirá la vulnerabilidad del emprendedor y su propuesta. Cuidado con que esta oportunidad no se convierta en una debilidad; en nuestro propio 'Talón de Aquiles'. Para concluir, dejo una sentencia del libro El Arte de la Guerra del estratega militar chino Sun Tzu: "Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer; sin ella, no puede. Muchas menos oportunidades de victoria tendrá aquel que no realiza cálculos en absoluto." (Sun, s.IV a.C.-2008 p.4)
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