Administración de Operaciones… El camino al éxito empresarial.

Dentro de las actuales organizaciones empresariales, hay cuatro áreas en las cuales se fundamentan las decisiones para realizar planificaciones estratégicas: Marketing, Finanzas, RR.HH. y Operaciones. Por lo que se podría decir que de éstas dependen el resto de las áreas de una empresa, como pueden ser el área comercial, de producción, logística, etc. Una comunicación transversal, con interrelación y la retroalimentación entre estas cuatro áreas es vital para unir esfuerzos y caminar hacia la misma dirección, de manera de conformar el núcleo de la organización.

Bajo este marco organizacional, la administración de operaciones toma un rol fundamental, ya que es responsable del cumplimiento de las estrategias establecidas por los altos mandos. De la administración de operaciones depende toda la producción de bienes o de prestación de servicios y su buen desempeño, a donde se debe realizar una buena utilización de los recursos disponibles y al menor costo posible. La calidad final del producto o servicio, la satisfacción del cliente y el valor percibido por éste son, en buena parte, responsabilidad de esta área.

El objetivo de las estrategias de operaciones, es encontrar ventajas competitivas y comparativas que diferencie claramente a la empresa o negocio de su competencia. Se trata de que el valor agregado del producto o de los servicios ofrecidos justifique un precio superior en el producto final; que el cliente no sólo esté dispuesto a pagar, sino que hacerlo de manera satisfactoria. Por otra parte, la globalización de los mercados, las nuevas tecnologías de la comunicación y la reducción de costos, han provocado una revolución en los antiguos sistemas de producción y logística, lo que entrega la necesidad de adaptarse a los cambios y a las nuevas demandas de los clientes de forma ágil y rápida.

"La creación de bienes y servicios requiere transformar los recursos en bienes y servicios. Cuanto más eficiente hagamos esta transformación, más productivos seremos y mayor será el valor agregado a los bienes y servicios que proporcionemos.” (Heizer, 2009 p. 14) Entre muchos ejemplos que podría citar, destaca por su impacto la primera planta geotérmica de Sudamérica, ubicada en Cerro Pabellón, en el Desierto de Atacama, la que una vez en funcionamiento "[...] será capaz de producir alrededor de 340 GWh al año, lo que equivale a las necesidades de consumo de más de 165.000 hogares chilenos, evitando la emisión anual a la atmósfera de más de 166.000 toneladas de CO2."

Bajo mi experiencia y parecer, el estilo de dirección jerárquico de los recursos humanos tradicionales han quedado postergados y rezagados para dar paso a los equipos de trabajo más autónomos y flexibles, según las cambios y las dinámicas que se observan.

"Si el valor del jefe, sus fuerzas, su inteligencia, su experiencia y la rapidez de sus concepciones le permiten extender mucho su acción personal, podrá llevar lejos la centralización y reducir a sus empleados al papel de simples agentes de ejecución. Si, por el contrario, conserva el privilegio de dar las directrices generales y prefiere recurrir más a la experiencia, al criterio o al consejo de sus colaboradores, puede efectuar una amplia descentralización.” (Fayol, 1987 p. 37)

Esta nueva forma de trabajar en el área de operaciones permite una mayor rapidez de respuesta a los cambios del entorno y del mercado, ya que con la fluidez que se maneja la información y la facilitación de las comunicaciones internas, los procesos se desarrollan de manera mas ágil y para esto, el Jefe o Administrador de Operaciones debe velar para que se cumplan. Dentro de las tareas que este rol realiza, se pueden destacar las siguientes:

• Dirigir las acciones orientadas al cumplimiento de los indicadores de calidad operativa y productividad.

• Planificar y dirigir la implementación, el desarrollo y la evaluación de los distintos proyectos de la empresa.

• Planificar y dirigir todas las acciones representadas por el recurso humano asignado y que se encuentren normadas.

• Planificar y dirigir gastos e ingresos.

• Dirigir o mediar las reuniones con jefaturas y trabajadores.

• Planificar y dirigir las acciones relacionadas con indicadores de rendimientos, productividad, costos, etc.

• Dirigir o colaborar los servicios prestados por áreas de apoyo (Administración, RR.HH., Comercial, Contabilidad, etc.)

• Dirigir logística y controlar inventario.

• Proporcionar y dirigir entornos de trabajo con energía positiva, creatividad y generar sentimiento de equipo.

• Dirigir y o planificar las estrategias corporativas de la empresa, con el fin de garantizar el cumplimiento de los presupuestos o campañas.

Desde este punto de vista, la primera habilidad que destacaría de un buen Jefe o Administrador de Operaciones es precisamente el ser proactivo, adjetivo definido por la Real Academia Española como "Que toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos.", esa energía positiva que le permite desarrollar una amplia capacidad de adaptación a los continuos cambios que surgen en el ámbito de su área, a las indicaciones que llegan desde la dirección de la empresa, a los problemas cotidianos y relacionados tanto con la dinámica, como a los efectos que proporciona la vinculación que pose este cargo dentro de la empresa.

El Jefe de Operaciones maneja las acciones diarias de una organización, el cual tiene como único propósito, encontrar modos para hacer a la empresa más productiva y eficiente, por lo cual debe aplicar y promover métodos efectivos para lograr estos resultados. Para asegurarse que esta meta se alcance, es relevante que este rol también explote sus habilidades blandas para que contribuyan a generar un compromiso con los empleados, a través de reuniones periódicas, escuchando a cada colaborador o departamento sobre sus problemas, preocupaciones y necesidades, estableciendo un ejemplo de profesionalismo único, el cual lo acerque al mas preciada característica de un ser humano, el liderazgo.

En definitiva, para lograr el éxito de cualquier negocio, empresa u organización, la operación es el corazón productivo que responde a la demanda de los mercados y la necesidad de las empresas por satisfacerlas, bajo la ejecución metódica y sistemática de procesos que ayuden a obtener este fin. Esta tarea no es fácil, por lo que el profesional a cargo, debe poseer las habilidades y las competencias técnicas necesarias para afrontar y llevar de buena manera tanto las políticas del negocio, como los métodos y estrategias establecidas para poder producir.

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